Slasher: Clásicos Sangrientos.

Existen muchos tipos de Asesinos Slasher, desde la familia de locos psicópatas de “La matanza de Texas”, hasta los depredadores espaciales de “Alien”, pasando por vengativos enmascarados como Jason Voorhees o Michael Myers, Vampiros u Hombres lobo.

Todos ellos tienen en común una única cosa: son la cima de la pirámide alimentaria, y los protagonistas de sus películas son sus presas, o Víctimas.

En este Juego de Rol, los jugadores interpretan a esas Víctimas que sobreviven a los Asesinos Slasher, interpretados por el director, que también es el encargado de presentar los escenarios y de plantear desafíos a las víctimas en función de lo que hacen.

Para jugar, son necesarios varios dados de 6, 8, 10 y 12 caras (d6, d8, d10 y d12) (al menos uno de cada, que se puede lanzar varias veces si es necesario más de uno).

Clásicos sangrientos

Desde los monstruos clásicos de la Universal, hasta las más abyectas criaturas que pueblan nuestras pesadillas desde la antigüedad y pasando por los asesinos más famosos de la era victoriana. Este juego está pensado para jugar aventuras al más puro estilo Slasher, pero, en lugar de en los coloridos años 80 o 90, entre las sobras provocadas por la niebla y la luz de las farolas de gas del Londres victoriano, en el ajetreo y el brillo del París de la Belle Époque, en los inhóspitos parajes tibetanos, en las arenas de Egipto o las aldeas del Japón rural. Es decir, en los escenarios de las grandes producciones cinematográficas de la primera mitad del siglo XX.

Para ello, el juego propone coger algunos de estos monstruos clásicos más famosos y usarlos (teniendo en cuenta sus poderes y debilidades) como si de asesinos Slasher se tratara. Con algunos es más sencillo que con otros, pero con todos es posible preparar una aventura (o varias) tan sangrienta como cualquiera de los clásicos ochenteros.

En este manual, además de las reglas básicas de Slasher, se proporciona un “Catálogo Sangriento”, con la “ficha técnica” de una selección de estas criaturas. Espero que las disfrutéis.